Debo reconocer que el caso “Koldo-Ábalos” me dejó impactado y casi sin respuesta intelectual y lo que es más peligroso tampoco ideológica.
Con un Partido Popular echado al monte, desbocado, una extrema derecha, incluida la que convive en el seno de ese partido, que sigue sin ningún pudor lanzando bulos, mentiras, difamaciones, e insultos, con algunos estamentos de la justicia haciéndoles el juego sucio y ante la inacción de una izquierda perpleja, en algún momento se debe gritar alto y fuerte; ¡basta ya!
En mi anterior reflexión analizaba sobre la posibilidad de ser equidistante ante los conflictos actuales. Reconozco que en esta ocasión y a la vista de los acontecimientos he decidido dejar de serlo, aunque ello me traiga críticas feroces en un mundo donde el sionismo y la extrema derecha próxima se imponen de manera contundente.
Se está celebrando la 79 Asamblea de la ONU, teóricamente el sancta sanctorum del mundo y sus reglas de convivencia.
Los impactos que provoca una relación tóxica pueden variar según el perfil de una de sus víctimas, incluso porque afectan gran parte de las estructuras emocionales, mentales y físicas.
Como dice el cantautor Andrés Suárez en una de sus canciones, "si quieres, hacemos el verano algo más largo". Pero aunque siempre fuera deseable, lo cierto es que va llegando a su fin, si bien, por desgracia, no terminarán algunos de los acontecimientos que nos han acompañado en los últimos meses.
El PP de las dudas y vaivenes actual llevaba tiempo dando vueltas a si llamar a Pedro Sánchez a la comisión del senado para investigar la corrupción en el PSOE.
Comenzamos un nuevo curso, pero con desavenencias y argumentos viejos.
Hace apenas un mes la depresión producida en el bando demócrata por la sensación de que un poderoso Donald Trump arrasaría sin piedad a un anciano Joe Biden, ha sido superada con su renuncia y la llegada de Kamala, transformándose en verdadero entusiasmo avalado por las encuestas que iban llegando.
Afortunadamente la aparición anunciada de Carles Puigdemont el pasado jueves 8 de agosto no dio para mucho. De nuevo de manera fugaz (nunca mejor dicho) volvía a cruzarse en la historia de este país.
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