Las advertencias del Supremo han puesto en primera página los privilegios que disfrutan en Lledoners unos políticos delincuentes. Los presos independentistas catalanes, solo son eso, unos malhechores que incumplieron e incumplen la ley.
Cuando pensábamos que habíamos alcanzado el cenit, en medio del caos e incertidumbres que vivimos, nos vuelven a meter una nueva mentira, la de los paraísos fiscales de facto.
Estamos en la segunda oleada, todavía no sabemos si la vacuna estará disponible antes o después de la tercera. Esta pandemia crea un nuevo escenario y nos preguntamos cuál va a ser nuestra «nueva realidad» en lo económico, en lo social o en lo político.
Hay que confeccionar los nuevos Presupuestos Generales y sobre la mesa tenemos algunas pre-guntas e incógnitas.
Algunas pinceladas sobre algunos cambios que se intuyen para el futuro.
En este periodo, por la ociosidad, ha habido un incremento del uso de internet y de las redes sociales con todo lo que ello conlleva.
Se habla mucho de transparencia, de gestión del coronavirus y de que habrá su momento para hacer balance, pero ya es el momento para poner el foco en algunas cosas.
Aunque hemos avanzado y saliendo de nuestro arresto domiciliario, todavía seguimos en el monotema y, pese a que se siga repitiendo que ya habrá ocasión de buscar responsabilidades, parece oportuno hacer algunas reflexiones.
Aún no es el momento de hacer balance de lo que está ocurriendo, entre otras cosas, porque todavía hay muchas consecuencias que deberán aflorar, pero si para hacer algunas reflexiones.
Habrá que decir algo, ya no es el momento para seguir de perfil.
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