Parece que los únicos objetivos que tienen nuestros gobiernos es llenar boletines oficiales con decretos que nos complican las cosas, nos suben los impuestos o nos imponen su sesgo ideológico.
Lo bueno de este gobierno es que no da pausa, cada día nos sirve grandes titulares, unos parecen globos sonda y otros apuntan en direcciones que nos hacen temblar.
Ya tenemos un gobierno que ha echado a andar, pero cada día hay manifestaciones y reivindicaciones en diferentes frentes, el de las pensiones es uno de ellos.
Cuando se tiene un gobierno populista y embustero es cuando más se necesita una oposición seria y con sentido de Estado.
No tenemos tiempo para aburrirnos, cada día hay nuevas y jugosas noticias, el trabajo que hacen nuestros políticos puede parecer escaso, pero el ritmo es trepidante.
Cada día tenemos nuevas perlas, entrevistas y declaraciones de políticos que cuando superamos nuestra sorpresa, solo cabe ironía, risas y, previsiblemente, algunos lamentos.
Ha sido algo patético y un juego de niños ir anunciando los nombres de quiénes iban a formar el gobierno. Parece que los nuevos tiempos nos traen inmadurez, falta de respeto institucional y muchos recelos.
La investidura nos deja un sabor extraño, no ha sido un cambio de gobierno. Se ha roto el pacto de convivencia que se fraguó con la Constitución y la Transición.
Los que presagiábamos se está cumpliendo, llega la Navidad y seguimos sin gobierno, aunque han seguido las maniobras y presiones para que los Reyes Magos ya nos hayan traído un nuevo gobierno.
Seguimos con los trapicheos para formar gobierno. Mientras, veamos alguno de los puntos del acuerdo PSOE y Unidas Podemos.
|