En estos día hemos conocido que había unos 14.000 millones de subvenciones públicas que carecían de evaluación, según la AIReF, hecho que alumbra este artículo.
Tenemos resultados electorales. Ahora tocaría empezar a trabajar y que se ganen el sueldo nuestros políticos, pero nos han dado y nos siguen dando lecciones. Hablemos de algunas de ellas.
Después de las generales, nos enfrentamos a las municipales, europeas y autonómicas. Muchas elecciones y mucha responsabilidad en un momento de incertidumbres.
En su momento hablábamos de los políticos pez, esos con corta memoria y sus «diálogos de besugos». Hoy seguimos hablando de otra subespecie, los peces amarillos. Habrá que ironizar con tanta pesadez electoral.
Muchas son las interpretaciones de los resultados electorales y seguro que serán acertadas, por lo que poco se puede añadir, aunque como siempre hay matices que nos pueden llevar a la reflexión.
En el tramo final de la campaña electoral podríamos hacer pequeñas reflexiones de algunas cosas anecdóticas y otras que se están convirtiendo en habituales.
Ya metidos en la vorágine de la campaña electoral parece que hemos olvidado los movimientos que están realizado algunos partidos políticos fichando para sus candidaturas a independientes.
Con los viernes sociales, las contrapartidas a independentistas, nacionalistas y apoyos de filoterroristas nos obligan a analizar nuestro pasado y futuro inmediato.
De repente todo el mundo se acuerda y reconoce que existen territorios de una, dos y tres velocidades dentro de nuestros país. ¡Los milagros de las elecciones!
En medio del rifirrafe político se echan de menos propuestas transformadoras y el compromiso real para encararlas.
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