4 de mayo de 2025
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En una columna anterior escribí que el pánico es el arma más eficaz de los autoritarios, nubla la mente y provoca reacciones primarias como la violencia.
Algún día entenderemos que la violencia solo destruye a la naturaleza que, de suyo, provee los recursos para una vida digna para todos. Entretanto seguiremos auto flagelándonos, creando pobreza y desorden.
El pánico es el arma más letal y eficaz de los autoritarios, porque nubla la mente y provoca reacciones primarias como apelar a la violencia. Y la violencia, ya lo ha establecido la ciencia, no puede sino destruir aun en los casos de defensa propia y urgente.
Argentina era rica, su ingreso per cápita -en dólares de 1992- era de US$ 3.797 en 1913, encima de Francia (3.452) y Alemania (3.134). Hoy es pobre. Aunque empezó antes, la caída se profundizó con Perón. Ahora, nadie es más peronista que los “antiperonistas” que le atribuyen al líder el ser omnipotente, al punto que él solo causó esta debacle.
La “derecha conservadora”, por tipificarla de algún modo, está ralentizando el potencial de crecimiento de sus países y dando lugar a un caos que aprovechan grupos de izquierda, en general violentos. Es que no comprende que los problemas sociales se solucionan con más libertad, nunca con represión y menos argumentando incoherentemente que se reprime para “defender la libertad”.
Entre el martes 15 y el sábado 19 de octubre deliberaba la asamblea anual conjunta del FMI y el BM. El primer día dieron a conocer el informe sobre las Perspectivas Económicas Mundiales, ajustando a la baja la tasa de crecimiento global dejándola en 3% para 2019 y 3,4% para 2020 y, por cierto, nunca aciertan. Según Bloomberg Economics, el ritmo de expansión global ya se desaceleró al 2,2% en el tercer trimestre, desde el 4,7% a principios de 2018.
Durante una reunión pública de Facebook, un empleado le pidió a Mark Zuckerberg, la quinta persona más rica del globo con una fortuna de 69,4 mil millones de dólares, que respondiera al candidato presidencial Bernie Sanders que afirmó que los multimillonarios no deberían existir. "Creo que, si haces algo que es bueno, eres recompensado, pero parte de la riqueza que se puede acumular no es razonable", contestó.
En julio de 2017 escribí una columna titulada “Trump, el heredero de Nixon” donde mencionaba una reseña de la reedición en español del libro de Carl Bernstein y Bob Woodward, “Todos los hombres del presidente”, sobre el ‘escándalo Watergate’.
Noah Rothman escribió una columna titulada “La huelga climática tiene que ver con el adoctrinamiento, no con la ciencia”. Preocupa que se trate de un principio de “histeria colectiva”, también llamada “psicosis en grupo” y de lavado de cerebro: demandan que la "educación integral sobre el cambio climático", se dirija a niños de 5 a 14 años porque "la capacidad de impresión es alta durante esa etapa de desarrollo".
Los políticos se divierten con la guerra, pelean unos contra otros y todos contra todos según sople el viento, gastan fortunas, y las masas los siguen como en el Coliseo romano cuando tiraban cristianos a las fieras.
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