4 de mayo de 2025
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Honestamente espero que esta sea mi última columna acerca del coronavirus porque no merece más atención, ni quiero seguir al periodismo terror que cuenta cadáveres como si se tratara de un macabro partido de fútbol. Me pregunto si seguirán contando hasta superar la marca del año 2017 de hasta 650.000 muertos en el mundo -32.000 en Argentina- por influenza, según la maoísta OMS.
Es increíble que en parte del mundo se haya instalado una solución de “medicina medieval”, como describen los mejores especialistas a la cuarentena, o de “medicina” maoísta para ponerlo en términos modernos, que rompe con la lógica, con la naturaleza humana desde que encerar no es normal, es violenta, y viola derechos humanos como la libertad. Pero más increíble es que, ante la evidencia, no solo no recapacitan sino que dan vuelta los datos y la lógica para justificarse.
“Hay quienes piensan distinto a mí, incluso yo, al cabo del tiempo, pienso distinto a mí”, J.L. Borges.
El mundo vive un “estado de miedo”. A partir del partido comunista chino y la OMS -burocracia dirigida por un ex integrante del gobierno marxista de Eritrea, se instaló el terror por una “pandemia” que muestra ser, como adelantaron especialistas serios como Pablo Goldsmith, otra gripe: al Covid 19 se le atribuyen unas 420.000 muertes mientras que la OMS estima que anualmente por influenza mueren hasta 650.000.
Una primavera de furia se ha apoderado de EE.UU. En más de 25 ciudades se estableció el toque de queda. Tras la muerte de George Floyd, imágenes como las de una iglesia histórica en llamas frente a la Casa Blanca o el Ejército patrullando las calles de Santa Mónica se hicieron virales.
Por nombrar una de mis publicaciones, en un twitt en el que me oponía a las cuarentenas forzadas, se produjeron hasta ahora 7000 interacciones y 300 mensajes con fuertes insultos (y 210 “likes”). Mi reacción fue doble, por un lado, la sensación de estar en lo cierto ya que, cuando insultan tanto, es que a falta de argumentos no les queda alternativa que agredir y, como no pueden por la razón, imponen sus ideas por la fuerza.
En febrero escribí que el pánico es el arma más letal y eficaz de los autoritarios, porque nubla la mente y provoca reacciones primarias como la violencia que, ya lo decía Aristóteles y la ciencia lo ha establecido de manera incontestable, solo puede destruir aun en los casos de defensa urgente.
A pesar de las duras críticas, Suecia sigue sin confinamiento, fronteras abiertas, libertad de movimiento, niños asistiendo a la escuela, comercios, bares y restaurantes atendiendo clientes en tanto no permanezcan parados, solo recomendaciones, sin imposiciones prohibiendo únicamente reuniones de más de 50 personas.
Durante mas de 20 años mi médico personal, Arnaldo Bresciani, mantuvo a los míos, incluida mi madre que va para los 90 y a mí, en muy buen estado. Le pregunté por el coronavirus y me aseguró que era otra gripe, que no haga locuras como encerrarme y dejar el deporte, el sol y el aire libre.
Recuerda Allan Stevo que corría el otoño de 1989, y el muro de Berlín había caído. La gente del bloque soviético llegaba a Occidente a través de Hungría. La situación se le escapaba de las manos a los comunistas del Pacto de Varsovia que habían mantenido en “cuarentena” a sus poblaciones. ¿Se extendería la libertad a Checoslovaquia?
José Luis Corcuera, ex ministro socialista de España, dice que su gobierno no es el que dirige al Estado español sino Amancio Ortega, que ha traído 63 millones de euros en elementos sanitarios para donar con una rapidez impactante, Ana Botin que donó millones para hospitales, SEAT que se ha puesto a fabricar respiradores… las monjitas y demás personas que se pusieron a hacer mascarillas… “estos miserables comunistas… esta puta bazofia del gobierno no ha hecho sino entorpecer”. Perdón, pero es que fueron sus palabras textuales durante una entrevista radial.
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