Será recordado como el año en el que el zar Putin tumbó en la lona de la política internacional al emperador Obama. En 2015 la opinión pública mundial, al menos la que se interesa por todo aquello que repercute, y mucho, en nuestras vidas, descubrió con asombro que los acontecimientos que están cambiado el mundo a velocidad de vértigo no son como nos los cuentan.
Catorce años después de que las tropas españolas llegasen en enero de 2002 al convulso país asiático, Afganistán sigue siendo un quebradero de cabeza para España y sus sucesivos gobiernos. La maldición afgana se volvió a materializar con el salvaje asalto a la embajada de España en Kabul que causó la muerte de dos policías nacionales.
Es el único dirigente europeo que todavía no se ha sumado al esfuerzo bélico de franceses, alemanes, ingleses, italianos… para frenar el yihadismo tras la masacre de París. A Mariano Rajoy la Tercera Guerra Mundial contra el Estado Islámico le ha noqueado a tres semanas de las elecciones generales.
Como consecuencia de la barbarie terrorista de París, la formación morada que lidera Pablo Iglesias ha publicado, bajo el título “Una propuesta de Agenda para el Consejo de la Paz”, siete medidas urgentes para combatir al Estado Islámico y construir una paz duradera.
Putin no descarta ampliar la actual intervención militar en Siria a Libia y Yemen con objeto de combatir el terrorismo yihadista, según desveló en una intervención pública en Moscú.
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