La Champions. Eso es lo que debe pensar la plantilla de la Real y todo San Sebastián cada vez que miran la clasificación y las jornadas que quedan. Con este triunfo, ya suman cinco puntos más que sus rivales por la Liga de Campeones, Málaga y el propio Valencia.
El partido empezó muy bien para los chés, que se adelantaron a los 25 minutos gracias a un cabezazo de Soldado. Casi aumentaron la diferencia, pero el palo repelió el tiro de Mathieu. Parecía que el partido no iba a ser tan alegre para los vascos, que no podían contar con la presencia de Griezmann, elemento importante en el juego ´txuri-urdin´. Todo pudo ir a peor para los de Montanier si se hubiese pitado la mano de Bravo, que detuvo la vaselina de Soldado fuera del área. Hubiese supuesto la roja para el guardameta y un cambio menos para los locales, es decir, que se les ponía el partido cuesta arriba. Sin embargo, ese error arbitral se complementó con el gol de Iñigo Martínez ponía con su zurda el empate. Se iban al descanso muy calientes los jugadores del Valencia, que veían como el partido se les podía escapar por una mano clara del can cerbero.
En la segunda parte, el Valencia consiguió imponer su juego a pesar del buen arranque vasco, pero apareció de nuevo la magia norteña para alumbrarnos a todos. Chori Castro y Agirretxe dieron una lección de combinaciones y el uruguayo firmó la remontada de su equipo. El propio Agirretxe acogió el protagonismo en los minutos finales para aumentar la ventaja y matar cualquier esperanza tras el gol de Jonas. El ´9´ de Montanier cerró el partido con una preciosa vaselina que sirve para acariciar la Liga de Campeones. Europa hablará el euskera.
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