Greenpeace ha hecho un llamado urgente a la Unión Europea y al Gobierno español para que se hagan cargo de las investigaciones sobre los 220.000 bidones con residuos radiactivos ubicados en la fosa atlántica, a 700 kilómetros de las costas gallegas.
La organización ecologista ha basado su demanda en recientes estudios realizados por el Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia (Centre national de la recherche scientifique) a bordo del buque oceanográfico L’Atalante. Este estudio reveló la presencia de 1.000 bidones, una pequeña fracción de los barriles radiactivos que se estima existen en esta área, considerada como uno de los puntos más contaminados del planeta.
Historia de los vertidos radiactivos
Entre las décadas de 1940 y 1980, buques holandeses, belgas y británicos llevaron a cabo descargas ilegales de desechos radiactivos en la fosa atlántica. Fue en 1982 cuando el barco Sirius, operado por Greenpeace, junto con embarcaciones gallegas, interrumpió estas prácticas al enfrentarse a los barcos holandeses. Se estima que durante este periodo se vertieron alrededor de 142.000 toneladas de basura nuclear. A su regreso a Vigo, el Sirius fue recibido por unas 10.000 personas.
Este evento marcó un hito significativo en la historia de Greenpeace España, aunque en ese momento aún no estaba formalmente constituida como organización. La acción pacífica fue fundamental para la posterior fundación de Greenpeace en 1984.
Logros y desafíos pendientes
Las imágenes de esta intervención dieron la vuelta al mundo y llevaron al Gobierno holandés a anunciar la suspensión de los vertidos nucleares al mar. Diez años después, en 1992, se firmó el Convenio para la Protección del Medio Ambiente Marino del Atlántico Nordeste, que prohibió el desecho de residuos nucleares de baja y media intensidad. Un año más tarde, el Convenio de Londres impidió cualquier tipo de vertido radiactivo al mar.
A pesar de estos avances significativos, la situación actual sigue siendo preocupante. La reciente expedición científica francesa ha evidenciado que la radiación continúa afectando al ecosistema marino. La falta de acción por parte de la Unión Europea para investigar esta problemática ha llevado a Francia a tomar medidas unilaterales, subrayando así la gravedad del problema relacionado con los residuos nucleares.
La noticia en cifras
Cifra |
Descripción |
220,000 |
Bidones con residuos radiactivos en la fosa atlántica. |
700 |
Kilómetros de las costas gallegas donde se encuentran los bidones. |
1,000 |
Bidones que han sido sacados a la luz por estudios recientes. |
142,000 |
Toneladas de basura nuclear vertidas por la industria entre las décadas de 1940 y 1980. |
Preguntas sobre la noticia
¿Qué reclama Greenpeace a la Unión Europea y al Gobierno español?
Greenpeace reclama que ambos asuman las investigaciones para determinar el estado de los 220.000 bidones con residuos radiactivos que hay en la fosa atlántica, a 700 kilómetros de las costas gallegas.
¿De dónde provienen los residuos radiactivos en la fosa atlántica?
Los residuos radiactivos provienen de vertidos realizados por buques holandeses, belgas y británicos entre las décadas de los cuarenta y los ochenta del siglo pasado.
¿Qué acción histórica realizó Greenpeace en relación a estos vertidos?
En 1982, el buque Sirius de Greenpeace se enfrentó a buques holandeses para detener sus descargas de desechos radiactivos, lo que marcó un hito importante en la historia de Greenpeace España.
¿Qué logros se han alcanzado desde entonces en relación a los vertidos nucleares?
Se lograron acuerdos como el Convenio para la protección del medio ambiente marino del Atlántico nordeste en 1992 y el Convenio de Londres en 1993, que prohibieron el desecho de residuos nucleares al mar.
¿Cuál es la situación actual respecto a la contaminación por radiación en la fosa atlántica?
A pesar de los logros legislativos, estudios recientes han demostrado que la radiación sigue contaminando el mar, y la falta de investigación por parte de la Unión Europea resalta la peligrosidad de esta basura nuclear.