Para ello, el Gobierno, como ha recordado Alegría, ha aprobado medidas como la revalorización de las pensiones un 3,8%, lo que supone una actualización del nivel adquisitivo de más de 11 millones de pensionistas en España. Así como la rebaja en el precio del transporte público y la reducción del IVA a un 0% de alimentos básicos y un 5% en aceites y pastas.
Por su parte, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha dado cuenta de la aprobación del Proyecto de Ley de prevención de las pérdidas y desperdicio alimentario. Planas, ha explicado que en nuestro país se desperdician 65 kilos de alimento por persona al año y se ha comprometido a “seguir trabajando y dando pasos adelante para reducir esos datos”. Asimismo, ha manifestado que la nueva norma se sustenta bajo cuatro pilares: la eficiencia económica, el contenido ambiental, justicia social y el componente moral y ético.
En ese contexto, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación ha declarado que los diferentes informes notifican que el desperdicio alimentario se puede cifrar en un 30% del conjunto de la producción alimentaria y en el caso de la UE está entorno al 20%. “Son cifras excesivas”, ha asegurado.
El ministro ha hecho hincapié en que “la columna vertebral de este proyecto de ley es la jerarquía de uso: el consumo humano de los alimentos y su uso para la alimentación animal o bien para la revalorización energética”.
Finalmente, el nuevo ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, ha presentado la estrategia de financiación del Tesoro Público para el año 2024 y ha avanzado que la economía española creció en torno al 2,4% en 2023, superado ampliamente a los principales socios europeos e incluso ha triplicado “el promedio de la zona euro”. Todo ello, según el ministro es el resultado de la buena evolución del mercado de trabajo y del sector exterior.
En este contexto, según ha dejado constancia el ministro, el Tesoro Público prevé para este año 2024 una necesidad de financiación nueva de en torno a 55.000 millones, lo que indica una reducción de 10.000 millones con respecto al año anterior.
En definitiva, la estrategia del Tesoro Público para este año, según el ministro, está marcada por “la prudencia y la flexibilidad” que permite mantener a España en una posición "sólida, con un acceso profundo al mercado y una prima de riesgo estabilizada". Algo que, en palabras del ministro, es sumamente importante teniendo en cuenta las “circunstancias actuales de elevada incertidumbre en el entorno internacional”.