El jefe del Ejecutivo ha asegurado que el Gobierno va a actuar ante la invasión de Ucrania de la misma forma que ha gestionado la crisis del COVID-19 durante los dos últimos años.
Ante ese tipo de situaciones "dolorosas y costosas", sobre todo para los más vulnerables, la cuestión es cómo se responde, "y nosotros ya lo decidimos en la pandemia y nos reafirmamos ante la guerra: con justicia, con determinación y con la mayor unidad posible", ha dicho en su comparecencia ante el Pleno del Congreso para informar sobre las últimas reuniones del Consejo Europeo y de la OTAN y las relaciones con Marruecos.
Pedro Sanchez ha reiterado durante su intervención la necesidad de "dejar de lado las rencillas y los sectarismos y sumar fuerzas" para proteger a Ucrania, detener el ataque del presidente de Rusia, Vladimir Putin, contra el proyecto europeo y blindar el bienestar a escala global y nacional.
"Si no es ahora, en este preciso instante, con una pandemia y una guerra en Europa, cuando se ven atacados nuestra salud por un virus y nuestra forma de convivir por un tirano, la pregunta que tendríamos que hacernos y que se plantea legítimamente la ciudadanía española es: ¿cuándo entonces vamos a trasladar también en esta Cámara un mensaje de rotunda unidad?", ha manifestado.
Medidas proporcionadas y prudentes en defensa de la paz
Esa unidad -ha sostenido Sánchez- se ha logrado en la Alianza Atlántica, que tras la invasión de Ucrania activó sus planes y reforzó su flanco oriental. En ese marco, se ha decidido el establecimiento de cuatro nuevos grupos tácticos, en Bulgaria, Eslovaquia, Hungría y Rumanía.
Sánchez ha calificado todas las medidas adoptadas por la OTAN como "preventivas, proporcionadas y prudentes". Y respecto al suministro de armas por parte de España a la resistencia y los militares ucranianos, ha apuntado que "ante cualquier agresión, todo armamento es defensivo".
La guerra de Putin -ha indicado el presidente- ha recordado a los europeos "cuán importante es defender la paz", la necesidad de reforzar entre todos las fronteras y el valor fundamental de la disuasión, junto a los esfuerzos diplomáticos. Sánchez ha destacado que la Cumbre de la OTAN en Madrid del próximo mes de junio servirá precisamente para fijar la nueva estrategia de la Alianza hasta el año 2030.
Además, el jefe del Ejecutivo ha abogado por invertir en Defensa el 2% del Producto Interior Bruto (PIB), un incremento que debe ser "progresivo" y acompasarse con las prioridades sociales. Ese esfuerzo inversor -ha señalado- se corresponde con el que han anunciado muchos países aliados y no es "ninguna veleidad militarista", sino una forma de "defender nuestra democracia y nuestra paz" de sus enemigos.
Reducción de los precios de la energía
La guerra -ha dicho Sánchez- también ha provocado que Europa sea consciente del riesgo de depender de Rusia para abastecerse de gas, petróleo y carbón, así como de la necesidad de avanzar hacia la seguridad energética en su doble vertiente: seguridad del suministro y a precios asequibles. Terminar lo antes posible con esa dependencia fue precisamente lo que decidió la Unión Europea en la Cumbre de Versalles del 10 y el 11 de marzo, una postura reiterada en el Consejo Europeo de la semana pasada.
El jefe del Ejecutivo ha afirmado que ese Consejo fue un "punto de inflexión" al reconocerse a España y Portugal la condición de "isla energética", lo que permitirá poner en marcha medidas temporales y excepcionales para reducir los precios de la electricidad para consumidores y empresas. Esta misma semana el Gobierno enviará sus iniciativas a la Comisión Europea, según ha explicado Sánchez, que se ha mostrado convencido de que confirmará de forma urgente que se ajustan al derecho europeo.
La última reunión del Consejo Europeo -ha agregado Sánchez- también mostró el consenso existente sobre la necesidad de elevar el presupuesto en defensa de los estados miembros y reforzar la autonomía alimentaria de la Unión.
Preservar el crecimiento y la creación de empleo
En el ámbito nacional, el presidente ha afirmado que el Gobierno no puede evitar que la guerra impacte en la economía española, "pero sí podemos prometer que nos desviviremos por aplacar al máximo sus efectos sobre la población" y "distribuiremos los sacrificios de forma equilibrada para que ningún sector o familia, menos aún los más vulnerables, se sienta desatendido o abandonado a su suerte".
Pedro Sánchez ha desgranado el Plan de Choque de Respuesta a la Guerra aprobado ayer por el Consejo de Ministros, que recoge ayudas para las familias, los trabajadores y el tejido económico y empresarial, así como medidas en materia de transporte, ciberseguridad y energía, con el objetivo de proteger a los sectores y los ciudadanos más afectados, repartir de forma equitativa los efectos de la invasión y preservar al máximo la senda de crecimiento y creación de empleo. Si la guerra en Ucrania se alarga y provoca otro tipo de consecuencias, "el Gobierno no dudará en actuar de nuevo", ha asegurado.
Respecto a los desplazados y los refugiados de Ucrania que están llegando a España, el presidente ha apuntado que el Ejecutivo destinará los recursos necesarios para su acogida y que, a los tres centros ya existentes (en Madrid, Barcelona y Alicante), se sumará próximamente otro en Málaga. Ya son más de 27.000 los refugiados que han solicitado la protección temporal en España, y más de 13.000 las plazas ocupadas en el sistema nacional de acogida.
Nueva etapa en las relaciones con Marruecos
Las relaciones entre España y Marruecos han constituido otro pilar de la comparecencia del presidente, que ha reiterado la voluntad del Gobierno de abrir una nueva etapa con una hoja de ruta "clara y ambiciosa" que contribuya a la estabilidad, la prosperidad y la seguridad.
Pedro Sánchez ha enmarcado esta decisión en los dos objetivos fundamentales de la política exterior del Ejecutivo: la defensa de los intereses de España y la actuación dentro de las coordenadas de la Unión Europea y del orden multilateral expresado en las resoluciones de Naciones Unidas.
A juicio del presidente, no hay un giro en las relaciones con Marruecos, sino un "paso más" en un camino iniciado hace 14 años cuando el Gobierno español recibió la propuesta marroquí de autonomía para los saharauis como una "contribución valiosa para la superación de un conflicto enquistado".
Sánchez ha subrayado, además, que España seguirá ofreciendo apoyo humanitario al pueblo saharaui y respaldará "de manera activa" la labor del nuevo enviado personal del secretario general de Naciones Unidas para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, para retomar las negociaciones sobre el conflicto.