Según ese barómetro, el PP seguiría siendo la primera fuerza electoral con el 27,4% de los votos después de perder algo más de un punto desde el 28,7% de las elecciones de diciembre y del 28,8% del sondeo del CIS de enero.
El PSOE obtendría el 21,6% de los sufragios, con lo que recuperaría algo desde enero, cuando obtenía el 20,5% pero sin llegar al 22% de diciembre.
Tanto Podemos como todas sus confluencias territoriales pierden votos respecto a las elecciones de diciembre. La formación de Pablo Iglesias obtendría ahora el 12% de los votos, unas décimas menos del 12,6% obtenido en las elecciones y del repunte hasta el 13,2% que reflejaba el barómetro de enero.
En Comú Podem se queda con el 3,8% (obtuvo el 3,69% en las elecciones y el barómetro de enero le otorgaba un 4,5%); Compromís baja hasta el 0,4%, desde el 2,6% de las elecciones y el 2,5% en el sondeo anterior, y En Marea obtendría ahora el 1,5%, frente al 1,6% de las elecciones y al 1,7% que reflejaba el barómetro de enero.
Esa suma, que en las elecciones de diciembre fue del 20,6% y según el sondeo de enero era del 21,9%, se quedaría ahora en el 17,7%. Sin embargo, la subida de Izquierda Unida-Unidad Popular, que crecería hasta el 5,4%, desde el 3,6% en las elecciones y el 3,7% en enero, aumentaría esa suma hasta el 23,1%, con lo que superaría al PSOE.
Ciudadanos obtendría el 15,6% de los votos, una ligera subida desde el 13,9% que obtuvo en las elecciones y el 13,3% que le daba el sondeo de enero.
Con esos datos, la suma del PSOE con Podemos y sus confluencias más Izquierda Unida-Unidad Popular sería del 44,7% de los votos, más de lo que podría sumar el PP junto a Ciudadanos, que sería el 43%.