Los expertos aseguran que si otra persona o grupo de personas comete un error podemos llegar a sentir vergüenza ajena, ya que basta con que consideremos que esa conducta es digna de avergonzar para sentirla. Se trata de una emoción empática, ya que nos ponemos en la piel de la otra persona.
Hoy no toca hablar de política o políticos; hoy vamos a aparcar por un instante un año convulso de nombres propios relacionados con ello, casi siempre para mal, Milei, Putin, Netanyahu, Trump, o en nuestro país Abascal, Feijóo, Ayuso, o Mazón.
Estos días van llegando una tras otra tres efemérides, diferentes pero con significados profundos, todas ellas referentes a muertes. El 17 se cumplirán los 26 años del fallecimiento de Enrique Urquijo, el 20 los 50 de Franco y el 21, los 25 de Ernest Lluch, aunque esta última se debe definir como asesinato.
Hace ahora 53 y 54 años que tuve la desgracia de visitar durante días los calabozos que existían bajo tu despacho, Isabel Díaz Ayuso.
Existe un debate en psicología y psiquiatría sobre las diferentes enfermedades mentales que llevan al ser humano a realizar el mal.
Revisando mis últimas reflexiones, observo que en cada una de ellas y de diferente manera, advierto del peligro que supone el avance político, social y mediático de las derechas extremas, VOX y PP.
A veces conviene darse una tregua, respirar hondo, antes de reflexionar sobre temas como la ola de incendios que asola nuestro país, especialmente en las comunidades autónomas gobernadas por el PP.
En 1966 el cineasta Arthur Penn filmó una excepcional película; “La jauría humana”.
Hay quien me achaca ser demasiado bueno a la hora de valorar lo que está ocurriendo en el PSOE.
Reconozco que durante varios días me he encontrado bajo de ánimo y sin ganas de escribir, al observar el desolador panorama actual de nuestro mundo.
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