Afortunadamente la aparición anunciada de Carles Puigdemont el pasado jueves 8 de agosto no dio para mucho. De nuevo de manera fugaz (nunca mejor dicho) volvía a cruzarse en la historia de este país.
Hemos tenido este domingo la primera parte de las elecciones legislativas en Francia. Con la incertidumbre de si la extrema derecha de Marinne Le Pen, su Agrupación Nacional, sería capaz de arrasar según indicaban las encuestas.
Pasado ya el 9-J el panorama de Europa parece desolador en especial el centro, salvándose del tsunami de extrema derecha tanto el norte, Finlandia, Suecia y Dinamarca, como la excepción ibérica, España y Portugal.
En las elecciones del 23-J del año pasado todos los augurios indicaban que las derechas llegarían al poder juntas.
El domingo 9 de junio se celebran en la UE unas elecciones absolutamente transcendentales.
Pasó el 12-M y todas las incógnitas han quedado despejadas abriendo así un nuevo ciclo para Catalunya y también para España.
Esta reflexión tiene la pretensión de ser una carta abierta que supongo nunca será leída por a quién va dirigida.
Llegó el día de la verdad y al abrir las urnas se observa que casi todos los augurios se han confirmado.
En memoria de José Antonio Ardanza
El próximo 21-A se celebran las elecciones en Euskadi. A la hora de escribir esta reflexión se llevan apenas unos días de su campaña electoral y observando la prensa del resto del estado apenas acapara unas pocas líneas y casi ninguna portada.
Después de una Semana Santa plena de lluvias que ha destrozado todas las previsiones vacacionales, viene un periodo de máxima turbulencia que durará hasta el próximo 6 de junio en nuestro país y hasta noviembre a nivel internacional.
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