El presidente electo estadounidense se ha mostrado abierto a levantar las sanciones a Rusia por sus injerencias en las elecciones norteamericanas si Moscú refuerza su colaboración con Washington, tal y como ha publicado el diario 'The Wall Street Journal'.
Michael Flynn, asesor de seguridad nacional de Trump, ha mantenido hasta cinco conversaciones telefónicas con el embajador ruso en Washington justo antes y después de que la Casa Blanca impusiera a finales de diciembre represalias al Kremlin por el pirateo de correos del Partido Demócrata.
Al presidente electo no le quedó más remedio que admitir la implicación rusa en el ataque cibernético, aunque mantuvo sus reproches a los espías estadounidenses después de que se filtrara un informe con "acusaciones no verificadas" que podrían implicar un chantaje de Moscú a Trump.
"Si te llevas bien con Rusia y si realmente nos están ayudando, ¿por qué mantener las sanciones si están haciendo cosas realmente buenas?", explicó Trump al Journal. El republicano subrayó que mantendrá intactas "al menos por un tiempo" las penalizaciones a Moscú por sus injerencias electorales y dijo que ve con buenos ojos reunirse con el presidente ruso, Vladímir Putin, tras su toma de posesión.
Flynn pudo tratar de aplacar el malestar del embajador para evitar que Moscú respondiera con sus propios castigos a Washington, lo que supondría la violación de una ley de 1799 que impide a ciudadanos estadounidenses negociar sin autorización con gobiernos extranjeros con los que se mantiene una disputa.
Josh Earnest, portavoz de la Casa Blanca, afirmó el viernes que no está claro que las conversaciones entre Flynn y el embajador sean cuestionables: "Depende de qué hablaron".