La Alianza Atlántica se ha reunido de emergencia en su sede de Bruselas (Bélgica) y ha brindado un fuerte apoyo a Ankara por su doble ofensiva contra los rebeldes kurdos y el grupo Estado Islámico (EI).
La primera contestación debe ser que la más poderosa organización militar del planeta no tiene nada que opinar sobre los resultados de unas elecciones democráticas en cualquier país o región de Europa.