De seguir a este ritmo, cadenas de TV y prensa lograrán que los españoles abandonemos la sana costumbre de ver los telediarios y el ya escaso hábito de leer los periódicos de papel por dos motivos: el independentismo catalán y soportar las declaraciones del esperpéntico Puigdemont. ¿De verdad ya no sucede nada en las restantes comunidades autónomas digno de ser contado a los ciudadanos? ¿Hasta cuándo deberemos seguir soportando semejante paliza mediática?
Es llamativo el que parte de la opinión pública tenga una imagen negativa del mercado natural cuando éste no son sino las personas, esa misma opinión pública que lo rechaza. El mercado natural, subrayo, es el conjunto de los seres humanos desde el punto de vista de la cooperación voluntaria, pacífica, espontánea entre las personas con el fin de vivir y mejorar.
Había buenas razones para pensar que Cataluña no podría constituirse como estado independiente en forma de república, por muchas veces que la ajustada mayoría de diputados secesionistas en el Parlament –72 de 135 que representaban al 47,7% de los votantes– aprobara resoluciones y leyes inconstitucionales y diera por iniciado el proceso constituyente, y por muchas veces que el gobierno de la Generalitat se empeñara en declarar constituida la república catalana, nadie sabe si simbólicamente o de veras, tras celebrar con nocturnidad y alevosía una consulta ilegal (1-O), en la que tampoco nadie sabe quién votó ni cuántas veces. Resultará difícil de borrar de la retina la imagen del gobierno de la Generalitat y los diputados del Parlament saltándose la Constitución y el Estatut que los legitimaban y pretender al mismo tiempo dar por ‘legítimo’ el resultado.
Entre tanto visionario e iluminado, comenzando por el osado Puigdemont, la única verdad es que nadie del Gobierno catalán tiene la menor idea de lo que puede suceder el 1º de octubre.
Hace muchos años, participando asiduamente en un programa de radio coincidí con un joven e inquieto locutor. Un día, en una conversación trivial surgió el tema de defender a la posible patria, o al estado, o la forma que cada uno quiera usar.
Delitos de fraude, prevaricación, malversación, cohecho, falsificación… en definitiva, corrupción, es nuestro triste y decepcionante panorama, que últimamente se ha convertido en noticia de primera página de nuestros periódicos y apertura de telediarios.
Ahora que está tan de moda comenzar a hablar de anglicismos, incorporamos a nuestro vocabulario sexting (sexo escrito en español), acrónimo de sex (sexo) y texting (mensaje escrito).
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Los que se resisten a secundar la locura nazionalista catalana, con “Z” de “nazis”, lo están pasando mal. Los jóvenes cachorros de Arran, rama juvenil de la CUP, imitando la kale borroka vasca, no paran de ejercitar la violencia contra las organizaciones, empresas y políticos que no se manifiestan a favor de la república.
Una opinión más. Cualquiera que leyese el editorial de El Mundo el pasado día 4, pondría cuestionarse si el citado artículo fue redactado por el gabinete de prensa del ministerio de Trabajo o bien por la dirección del mencionado diario.
Ya llevamos varias sesiones con las partes, sabemos lo que quieren, y como. Hemos comprobado que actúan al margen de sus representados. Esto es así porque los intereses de las élites –en este caso- y los ciudadanos a los que representan, son contrapuestos. Lo que vamos a hacer es informar a los votantes en general para que conozcan que se está cociendo, y como lo cocinan sus representantes.
Dos de los grandes problemas, entre otros, del referéndum independentista catalán y que resultan insufribles son: la duración del mismo y la manifiesta inoperancia del Gobierno para zanjarlo, cuya celebración impide nuestra vigente Constitución.
Jordi Pujol, el ex honorable, ya advirtió en sede parlamentaria que podían empezar a caer cerezas del árbol y a todos les podría afectar… Y han pasado cinco años desde que declaró que ocultaba una fortuna de procedencia ilegal. Porque aunque el origen fuera herencia de su padre Florenci, el dinero ya estaba manchado de ocultación e ilegalidad.
Suscrito el primer acuerdo entre la patronal española, CEOE, y los dos sindicatos más representativos, CCOO y UGT, en el año 1.994, sobre la solución Extrajudicial de Conflictos, se creó un cuerpo de Mediadores propuestos por las tres organizaciones con el fin de mediar y resolver entre las partes los ingentes y profundos conflictos laborales que aquejaban a la sociedad española.
La victoria de Donald Trump, a pesar de tener a toda la prensa mundial en contra, nos predice una nueva época donde los medios informativos han dejado de ser influyentes.
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