La división del país y el clima de violencia generado como consecuencia de tan ajustado resultado electoral -no reconocido por la coalición opositora de Henrique Capriles- ha pesado en esta decisión que ha sido detenidamente analizado en las últimas horas desde el Ministerio español de Exteriores y Moncloa, en contacto con el Palacio de la Zarzuela.
Desde 1996, Don Felipe asume -por decisión del Ejecutivo- la representación de España en las tomas de posesión de los distintos y sucesivos presidentes iberoamericanos. Hasta la fecha, tan solo había faltado a una de estas ceremonias por motivos políticos en 2010, cuando tras un golpe de estado Porfirio Lobo depuso al anterior presidente, Manuel Zelaya.
No obstante España no se va a quedar sin representación en la toma de posesión de Maduro, pero será a un nivel menor, tal y como confirmó este miércoles el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, aunque aún no han anunciado quien será el encabece la delegación, pues el jefe de la diplomacia española, el viernes emprende su primera gira por Oriente Próximo.
A la toma de posesión del nuevo Presidente de Venezuela, han confirmado su asistencia de momento los presidentes de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner; Bolivia, Evo Morales; Nicaragua, Daniel Ortega; e Irán, Mahmoud Ahmadineyad.
La ausencia del Príncipe se ha dado a conocer después de que Maduro se diera por satisfecho con el reconocimiento que ayer casi se viera forzado a hacer el Gobierno español de los resultados oficiales de las elecciones, que conceden la victoria a Maduro por un estrecho margen.
Venezuela había exigido a España una rectificación de la primera valoración que el Ministro de Exteriores García-Margallo hizo de la jornada electoral, cuando indicó que esperaba poder mantener la buena relación con Caracas "sea quien sea el vencedor" de los comicios, lo que para Caracas suponía un "desconocimiento implícito" de la victoria de Maduro.
Las declaraciones de García-Margallo provocaron que Venezuela protestara llamando a consultas a su embajador en España y amenazando con otras medidas como represalia, si bien el reconocimiento que ayer hizo el ministro español de los resultados oficiales -habló de Maduro como "presidente de la República de acuerdo con el ordenamiento constitucional-- sirvió para reconducir una situación que Nicolás Maduro, imitando a Chavez había tensado mucho más de lo estrictamente necesario.