La prensa de Dinamarca se ha hecho eco del incidente, que sucedió entre los días 12 y 16 del pasado febrero tras conocerse ahora la inspección que las autoridades sanitarias del país realizaron el 20 de febrero.
Ni en la web del restaurante –que se mantiene abierto y funcionando con normalidad pese a esta pequeña crisis sanitaria- ni en el habitualmente activo twitter de Redzepi han comentado el hecho, pero no ha sido así en el caso del director gerente de Noma, Peter Kreiner que ha manifestado oficialmente las disculpas del equipo en unas declaraciones a la agencia Reuters.
“Nuestro negocio es hacer a la gente feliz y cuidar de nuestra clientela. Lo que nos ha pasado ahora es lo peor que podía ocurrir. Lamentamos mucho lo sucedido y hemos hablado personalmente con cada uno de los afectados para ver el mejor modo de compensarles”- ha dicho Kreiner.
Según otras declaraciones de Kreiner recogidas en la publicación danesa Politiken, el problema del virus en Noma ha surgido presuntamente debido al contagio de un empleado enfermo, aunque advierte que “aún no se han encontrado las verdaderas causas del brote”.
Politiken indica que los inspectores de sanidad encontraron algunas deficiencias en la cocina del restaurante, como el que no hubiera agua caliente en los grifos de la zona de preparación, en la que los trabajadores se lavan las manos.
Las autoridades sanitarias criticaron también que los responsables del restaurante no tomaran las oportunas medidas después de que el trabajador cayera enfermo al volver a casa tras el trabajo. Todo esto ha obligado a Kreiner a admitir que los procedimientos internos no fueron lo suficientemente buenos y que tardaron en comprobar el correo electrónico donde el empleado informaba que se encontraba mal de salud.
El restaurante, también según la misma fuente y probablemente por estos sucesos, se ha visto obligado a efectuar varias labores intensivas de desinfección de sus instalaciones.
El chef Redzepi (1977), que pasó por elBulli (estuvo junto a otros chefs internacionales en el cierre del famoso restaurante de Ferran Adrià), ha hecho de la gastronomía naturalista, centrada en los ingredientes locales, su seña de identidad, logrando poner su restaurante y la cocina nórdica en el foco de la atención internacional.
Una lista de espera de tres meses es habitual para conseguir mesa en este restaurante que posee dos estrellas Michelin y aspira a conseguir la tercera en la edición de la guía roja en Copenhague que está a punto de salir. Pero afortunadamente para el restaurante Noma, el problema de la gastroenteritis no parece que pueda a influir en la decisión de los inspectores pues, como aseguró a la prensa danesa un portavoz de la guía, las valoraciones ya están hechas con anterioridad al brote.
Lo sucedido en Noma, es similar al brote que sufrieron en 2009 clientes del restauranteThe Fat Duck, de Heston Blumenthal y el chef británico “tuvo” que cerrar su restaurante durante un mes “por decisión propia” en febrero de ese año después de que 40 comensales manifestaran haber sufrido diarreas y vómitos y para cuando el asunto saltó a los medios de comunicación, 400 personas afirmaron haber tenido problemas gástricos tras pasar por el restaurante. Al parecer todo se debió a unas ostras contaminadas. El cocinero pidió disculpas y a pesar de lo ocurrido la clientela no disminuyó. Señal de que a veces importa más ir a un restaurante premiado con estrellas Michelin que lo que te pueda pasar tras comer allí.
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