Prostitutas y alcohol, un cóctel perfecto para los agentes de los servicios secretos de los Estados Unidos que descuidaron su trabajo y pusieron en peligro la seguridad del presidente. El escándalo saltó cuando una de las prostitutas declaró a un periódico neoyorkino que exigía cobrar por los servicios realizados.
Después de que la actitud de los agentes viera la luz y fuera conocida por todo el mundo, 12 de ellos han sido expulsados del cuerpo y otros se encuentran bajo expediente disciplinario. El servicio secreto no ha tardado en poner fin a este comportamiento y ha decidido endurecer, todavía más, las normas que debe seguir el cuerpo. Está absolutamente prohibido invitar a personas extranjeras al hotel, visitar burdeles y beber en exceso. Solo se podrá tomar alcohol en pequeñas cantidades, estando fuera de servicio, y teniendo en cuenta que no se puede tomar cuando queden 10 horas para comenzar una nueva misión.
La imagen de los escoltas de Obama se ha visto dañada y con ello la propia imagen del presidente. No es la primera vez que un altercado como este se hace eco en los medios; en marzo del año pasado durante una estancia en El Salvador, los agentes volvieron a tomar los servicios de prostitutas y visitaron varios clubs de stripers.
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