Sin sorpresas en las elecciones autonómicas en Galicia y en el País Vasco. El PP revalida su mayoría absoluta en Galicia con Alberto Núñez Feijóo, mientras que Iñigo Urkullu, el candidato del PNV, recupera con facilidad su posición de hegemonía aunque precisará de un PSOE en horas bajas.
El Partido Popular ha logrado nuevamente la mayoría absoluta en Galicia, lo que ha llevado a una situación de estabilidad a Alberto Núñez Feijóo, que había apostado su continuidad a obtener de nuevo suficientes votos como para poder gobernar en solitario. Con más del 48% de los votos y 41 escaños, 3 más de los necesarios para la mayoría absoluta, Núñez Feijóo se ha consolidado como uno de los protagonistas de más peso del PP.
En cambio, los socialistas no han logrado frenar el avance de En Marea, la coalición en la que se integra Podemos. Han empatado en número de escaños, pero la formación emergente le ha sacado a los socialistas una ventaja de más de 16.000 votos. El retroceso socialista es considerable: pasan de los 18 escaños que obtuvieron en 2012 a 14 escaños.
Por otra parte, en el País Vasco Iñigo Urkullu mantiene al PNV como la fuerza indispensable para gobernar el País Vasco. No logra la mayoría absoluta, pero con 29 escaños -dos más que hace cuatro años- dispone de la proporción suficiente para facilitar su investidura y buscará a su socio tradicional en muchas instituciones de esa comunidad: El Partido Socialista.
La candidatura de Arnaldo Otegi, la gran esperanza de EH Bildu, ha obtenido 17 escaños y resiste como segunda fuerza política, mientras que el Partido Popular ha retrocedido un escaño respecto a los 10 que obtuvo en 2012.