El trabajo sigue la metodología desarrollada por el economista Ángel de la Fuente, Ramón Barberán (Universidad de Zaragoza) y Ezequiel Uriel (Universidad de Valencia) en el marco de un proyecto de investigación comisionado por la Fundación SEPI.
Un saldo relativo negativo quiere decir que la región paga más impuestos por habitante que la media o recibe menos gasto.
De acuerdo con el SCPT, los flujos redistributivos entre regiones ascendieron en 2013 a 29.494 millones de euros o un 2,9% del PIB español. Desde el punto de vista de las regiones receptoras netas (con saldos fiscales positivos), los flujos de entrada representaron un 5,6% de su PIB, mientras que para las regiones contribuyentes netas, los flujos de salida supusieron un 5,9%.
Además de Madrid y Cataluña, otras tres regiones presentan saldo negativo. Se trata de Baleares (-1.511 millones de euros), Comunidad Valenciana (-1.411 millones) y Navarra (-176 millones).
El resto presentaron un saldo fiscal positivo en 2013: Andalucía (6.154 millones de euros), Castilla y León (4.612), Galicia (3.655), Canarias (3.569), Extremadura (2.730), Castilla-La Mancha (2.465), País Vasco (2.126), Asturias (2.060), Aragón (763), Cantabria (463), Murcia (175) y La Rioja (68). Por su parte, las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla arrojaron un saldo positivo de 654 millones.