Según el informe 'No es lugar para niños' de Unicef, unos 8,4 millones de niños (más del 80% de la población infantil de Siria) se han visto afectados por el conflicto, tanto si están dentro del país como si viven refugiados en naciones vecinas.
"En Siria, la violencia se ha convertido en algo habitual y ha llegado hasta hogares, escuelas, hospitales, clínicas, parques, zonas de juego y lugares de culto", dijo Peter Salama, director regional de Unicef para Oriente Medio y Norte de África, quien añadió que "casi siete millones de niños viven sumidos en la pobreza y una infancia caracterizada por la pérdida y privación".
Unicef verificó cerca de 1.500 violaciones graves contra la infancia en 2015, más del 60% de las cuales fueron casos de muertes y mutilaciones por el uso de armas explosivas en zonas pobladas. Más de un tercio de estos fallecimientos ocurrieron cuando los menores estaban en las escuelas o de camino hacia estas.
En los países vecinos de Siria, el número de refugiados es casi 10 veces mayor al de 2012, la mitad de los cuales son niños. Unicef indica que más de 15.000 menores separados o no acompañados han cruzado las fronteras sirias.
"En cinco años de guerra, millones de niños han tenido que crecer demasiado rápido y antes de tiempo", comentó Salama, al tiempo que apuntó que "mientras continúa la guerra, los niños están luchando un conflicto de adultos, tienen que abandonar la escuela y muchos se han visto obligados a trabajar o a casarse a una edad temprana".