El Pentágono, por su parte, confirma que bombardeó "los alrededores" del hospital para acabar con los talibanes que estaban disparando contra los militares estadounidenses, mientras que el Ministerio de Defensa afgano afirma que los insurgentes estaban usando el centro médico "como escudo humano".
Los ataques aéreos fueron lanzados contra el edificio principal del hospital de traumatología que MSF posee en Kunduz, que alberga unidades de cuidados intensivos, habitaciones para ingresos, salas de rehabilitación y de urgencias dando como resultado la muerte de 19 personas y 37 heridas.
"La gente que pudo moverse rápidamente para llegar a los búnquer logró salvarse, pero los pacientes que no pudieron escapar murieron quemados en sus camas", ha lamentado Nagarathnam.