Anoche el Madrid, ganó en casa con dos goles de Bale, que muy rabioso celebró el primero de ellos con una patada a la bandera del córner, rabioso y callando así las críticas de todos aquellos que dudaban de su juego.
En la primera hora de partido, la norma fue el dinamismo en el juego. Los madridistas, heridos en su orgullo por todas las críticas y pitos acontecidos en los últimos días, se pasaban la pelota con mucho entusiasmo. Había movimiento alrededor del balón, la culpa de ello el regresado Modric, que ha vuelto en su mejor versión y anoche lo demostró.
Al minuto de juego, Bale remató después de una buena maniobra: control con el pecho, acomodo con la zurda y remate con la diestra, no muy desviado. El galés fue protagonista permanente de las acciones que siguieron, hasta que marcó el primer gol. La jugada fue coral, iniciada por Modric y continuada por Benzema. Al pase del francés respondió Cristiano con una chilena que sacó bajo palos Ramis. Mientras Bale aprovechaba el rechace para marcar con la diestra.
Cristiano siguió desperdiciando ocasiones, y exhibiendo una ansiedad por marcar, que poco le favorece, por el contrario le sumerge en un bucle de negatividad que culminó con el segundo gol de Bale. Cristiano chutó a puerta con todo a favor, pero el balón fue desviado sutilmente por su compañero.
Antes del segundo tanto, el Levante había disfrutado de sus mejores momentos, dominio sin oportunidades, pero un buen rato sin sofocos, para evitar la goleada.
En la segunda mitad, con todo decidido, el partido se abrió a detalles en los buenos jugadores. Ninguno mejor que el remate de espuela que Benzema que se estrelló en una escuadra, en un gesto de absoluta genialidad.
El resumen, el Madrid ganó, aunque pudo jugar mejor. La victoria les da aliento a los blancos para afrontar el Clásico del próximo domingo.