Los azulgranas consiguieron calmar las aguas por un día en un partido durísimo, protagonizado por el mal arbitraje de Indiano. Mano de Messi en el 2-0 y un dudoso penalti a Jesús Gámez.
En el Camp Nou se respiraba nerviosismo. Pero el orgullo de los jugadores, especialmente del tridente de ataque, invitó a los espectadores a soñar de nuevo con la gloria de los suyos, aparcar los malos rollos institucionales y a ganar a un durísimo rival que hacía seis partidos que eran incapaces de derrotar.
El Barsa ganó, por que jugo una muy buena primera parte, por que Messi sólo pensaba en ganar y por que Neymar se espabiló a base de recibir patadas.
El Atlético, por su parte, hizo el partido al que nos tiene acostumbrados, buscando el cuerpo a cuerpo y la jugada a balón parado.
Fue en la segunda mitad cuando recibió un penalti más que discutible de un mal arbitro, quizá en compensación de la mano de Messi que le valió el segundo tanto al equipo blaugrana.
Mandzukic, no falló y el tanto le permitió a los rojiblancos ajustar el marcador y el partido. A partir de ese momento el Atlético empezó a jugar mejor que el Barcelona.
Hasta el gol de penalti, el equipo culé fue mejor en el campo con un juego intenso, solidario, rápido, vertical y agresivo, que tenían en Messi y Neymar su máxima expresión.
Sólo la falta de puntería de Luís Suárez, impidió que el partido quedara sentenciado en la primera parte en la que el Barça fue muy superior.
En ataque los de Luís Enrique fueron un auténtico ciclón desde el inicio del partido, con un Messi que recordaba al de las mejores noches de gloria. Suya fue la jugada del primer gol que debió finalizar Suárez, pero que remató Neymar. Suya también fue la jugada del segundo gol, que en un principio se llevó el balón con la mano, y terminó en asistencia a Suárez.
El penalti a favor del Atléti, metió a los de Simeone de nuevo en el partido y el Barsa sufrió por que estaba exhausto y no encontraba la pausa ante la presión de los rojiblancos. Pero el conjunto de Luís Enrique supo mantener el equilibrio y la concentración, con un Piqué que se hizo dueño y señor de su área.
Finalmente, el Barcelona logró poner la guinda final del gracias a un gol de Messi tras una jugada de la tripleta de delanteros del Barcelona.
El Barça respira, el Atlético pone los pies en el suelo y Luís Enrique retrasa una semana más su incierto futuro.
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