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Si se juega mal, sólo queda ganar

Si se juega mal, sólo queda ganar

jueves 16 de octubre de 2014, 13:07h

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El FC Barcelona ha ganado por la tarde al Real Betis (3-1) en el Camp Nou en un mal partido de los blaugranas en que consiguieron mantener el pulso con el Atlético de Madrid gracias a dos penaltis, uno transformado por Messi y un autogol.   

Si se juega mal, sólo queda ganar

Así, en una mala tarde, el Barça sigue a un punto del líder Atlético de Madrid gracias, quien sabe, a lo que podría ser la suerte del campeón. Y es que pese a dominar a placer la primera parte, no supo plasmar la superioridad en goles, no estuvo con el 'chip' necesario puesto en cuanto a intensidad y permitió que el Betis, ya en el segundo tiempo, se fuera arriba y creyera en la campanada.

Un jugadón de Alexis por la derecha acabó en un penalti claro de Jordi Figueras, en un día aciago para él ya que introdujo en su portería un balón que fue el 2-0 momentáneo, y Messi no falló en la pena máxima. No obstante, pese a una buena jugada de Adriano por la izquierda y un pase de la muerte que salvó, eso sí, el central catalán del Betis, o un chut de Messi que lamió un palo, no se movió el marcador.

En día de referéndum, clave para el futuro del Camp Nou en los próximos años, no vio el feudo al equipo que acostumbra a ver. Vestían de blaugrana los que figuraban como locales, y de verdiblanco los visitantes, pero hubo unos 15-20 minutos en la segunda parte que parecían haberse cambiado los papeles, y quien tocaba y atacaba eran los de Calderón, que pensó en dañar al Barça en su cita democrática y patrimonial.

Y es que con 1-0 al descanso, los del 'Tata' Martino salieron apagados, desganados, como si el colista Betis no fuera capaz de remontarles el partido en casa. Y estuvieron a punto de hacerlo. De hecho, la mala suerte de Jordi en el 2-0, superando con un rechace a su compañero Adán, fue un bálsamo para un Barça estéril en ataque que vio como dos minutos después marcaba Rubén Castro.

Con el 2-1, y silbidos en la grada cada vez menos tímidos, el 'rún rún' se apoderó de la grada. El equipo no encontraba la manera de apagar al Betis, de volver a tener el balón y jugar más minutos cerca de Adán que no de Pinto, como estaba sucediendo. Los béticos tuvieron el empate en una falta que N'Diaye no atinó a rematar en el área pequeña, y el partido acabó como había empezado.

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