El equipo de Juan Carlos Garrido no supo mirar de frente al equipo italiano. En un partido que se presentó muy competido en la primera mitad con la lucha de ambos equipos por tener la posesión del balón, el Villarreal defraudó y el Nápoles se deslució.
El submarino liderado por Marcos Senna tuvo dos ocasiones claras en la primera mitad al igual que el conjunto italiano, que además tuvo un mayor dominio del juego, y que estaba obligado a ganar tras la victoria del Manchester City. El momento polémico del partido se produjo con la expulsión del técnico del Nápoles, Mazzarri que empujó a Nilmar cuando el balón salía de banda por su zona técnica.
Tras la tensión, llegaría el primer gol fabricado por Inler y que no pudo parar Diego López. El quipo italiano tras lograr el primer tanto estaba mucho más tranquilo sobre el terreno de juego, sin ansiedad y con posesiones largas. El segundo gol del Nápoles llegaría con un disparo de Hamsik que sólo tuvo que empujar el balón.
Con el pitido del árbitro concluyó un partido muy desordenado donde ambos equipos llegaron a la frontal del área del rival, el Villarreal sin crear peligro y el Nápoles marcando dos goles que le darían el pase a los octavos de final.
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