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de mi puno y tekla

09/08/2017@18:34:05
Entre tanto visionario e iluminado, comenzando por el osado Puigdemont, la única verdad es que nadie del Gobierno catalán tiene la menor idea de lo que puede suceder el 1º de octubre.

Desde que Pedro Sánchez recuperó la Secretaria General del PSOE, tras barrer las absurdas esperanzas de la andaluza Susana Díaz, nuevamente ha aflorado en este político su irreprimible ambición, para lo cual orquestó un congreso totalmente a su medida, desprendiéndose de todos aquellos que militaron en el sector contrario y pudieran hacerle sombra.

Desde hace no muchos años, se menciona con frecuencia en centros de formación, masters, etc. el término “fidelización”, como piedra filosofal para conseguir el éxito de una empresa.

Delitos de fraude, prevaricación, malversación, cohecho, falsificación… en definitiva, corrupción, es nuestro triste y decepcionante panorama, que últimamente se ha convertido en noticia de primera página de nuestros periódicos y apertura de telediarios.

Donal Trump, un sarcasmo de la Historia, en su primera rueda de prensa y tras ganar las elecciones, ha continuado sin guardar el más mínimo respeto hacia personas y entidades dignas de otra consideración y tratamiento.

Pero qué cursis y recortados resultan algunos políticos catalanes utilizando el término “desconexión” para declarar unilateralmente iniciado el proceso de independencia con la pretensión de quebrar la unidad de España.

Venimos observando cómo diariamente se acentúa en el rostro del Presidente del Gobierno un rictus entre preocupación y angustia. Sus gestos denotan un nerviosismo que, sin duda, obedecen a la inquietud que le proporciona el intuir ser derrotado en las próximas elecciones generales.

De mi puño y tekla

La proliferación de pactos, acuerdos para unos y chanchullos para otros, han conseguido confundir a muchos ciudadanos a la hora de emitir su voto por culpa de un desafortunado sistema electoral legal e injusto a la vez que no convence y permite alianzas antinaturales que atentan directamente contra el más elemental sentido común.

Dos de los grandes problemas, entre otros, del referéndum independentista catalán y que resultan insufribles son: la duración del mismo y la manifiesta inoperancia del Gobierno para zanjarlo, cuya celebración impide nuestra vigente Constitución.

Desde hace varios días, Carlos Puigdemont y la cúpula soberanista vienen incordiando con el encargo de la fabricación de las urnas, que en esta ocasión serán de plástico, dado que el rigor y la trascendencia del próximo referéndum no admite que los votos sean depositados en cajas de cartón.

Nada más agradable para un político que asistir a un Congreso como el del PP, donde todos en plan abraza farolas, celebraron el haberse conocido o reencontrado.

Conviene recordar que las matanzas producidas en Siria diariamente durante los últimos cuatro años, la mayoría de las cuales a manos de leales a Asad, han convulsionado al mundo entero.

Totalmente inoportuno y desafortunado el reciente encuentro celebrado entre el Jefe del Estado y el Presidente de la Generalidad, Arturo Mas, quien días atrás se permitió la licencia de informar sobre el próximo proceso electoral independentista de Cataluña.

De mi puño y tekla

La pretensión de los populares de renovar el partido, a cinco meses de unas elecciones generales, no deja de ser una majadería un tanto chusca, al igual que reconocer a estas alturas que los dirigentes del PP, comenzando por el presidente, deben mejorar la comunicación con los ciudadanos en cantidad y calidad.

Crónica de un desastre anunciado

El título del presente artículo no pretende originalidad, entre otras razones por haber sido utilizado anteriormente por varios autores y entre ellos quien esto escribe, como tampoco su contenido descubre ninguna novedad sobre lo ocurrido a lo largo de esta confusa etapa 2011-2015.