Aún hay 4.698.783 desempleados inscritos en los servicios públicos de empleo, según informó este viernes el Ministerio de Empleo y Seguridad Social.
El raquítico y minúsculo descenso del paro en agosto —aunque baje por sexto mes consecutivo— no puede ocultar una cruda realidad: pese al triunfalismo del Gobierno, en España se sigue destruyendo empleo.
Así lo confirma el hecho de que el número de cotizantes a la Seguridad Social haya descendido nada menos que en 99.069 afiliados el pasado mes. Tras el recorte en la afiliación, el total de ocupados se ha situado en 16.327.687 cotizantes al finalizar el mes y si se toma como referencia la tasa interanual, en el último año el desempleo registrado se ha incrementado en 73.149 personas, un 1,58%.
Además, el poco empleo que se ha creado en los últimos meses es precario y de baja calidad y responde claramente a un efecto estacional por la llegada del verano. Es cierto que en los últimos seis meses el paro registrado ha descendido en más de 340.000 personas, pero no lo es menos que la Seguridad Social ha perdido simultáneamente 568.000 cotizantes en el último año.
En cualquier caso, nadie puede negar que se trata del mejor comportamiento del paro registrado en un mes de agosto desde el año 2000, año en el que desempleo retrocedió en 4.297 personas. Esta vez, sin embargo, sólo lo ha hecho en 31 personas cuando en el mismo mes del año pasado el desempleo subiera en 38.179 personas.
En términos desestacionalizados —descontando los días festivos y los elementos que en esta fecha afectan siempre a mercado de trabajo—, el desempleo se ha situado en 4.870.215, lo que supone 13.700 parados menos que el valor desestacionalizado del paro registrado en julio.
En términos acumulados, en los primeros ocho meses de 2013, el paro ha disminuido en 149.940 personas, el mejor dato registrado en este periodo desde el año 1999.
En cuanto a la Seguridad Social, y también en términos desestacionalizados, el número de cotizantes descendió en agosto en 14.563 personas.
Son datos mejores que los de hace un año, pero la capacidad para expulsar a gente del sistema también empieza a perder fuelle.
La contratación acumulada de los ocho primeros meses llegó a 9.285.453, lo que supone 44.050 contratos menos (0,47 %) que en el mismo periodo del año pasado.
Entre enero y agosto se firmaron 730.607 contratos indefinidos, lo que supone una reducción de 276.509 (el 27,46 %), en comparación con el mismo periodo de 2012. De los indefinidos de agosto, 36.235 fueron a tiempo completo (el 10,69 % menos) y 26.219 a tiempo parcial (una reducción del 22,58 %).
Además del total de los contratos suscritos en agosto, 62.454 fueron indefinidos, una caída del 16,10 % (11.989 menos) que en el mismo mes del año anterior.
Todo números rojos pese al triunfalismo español, como si fuese una partida de la ruleta de 888. Sin embargo, no nos encontramos en este gratificante juego donde al menos, la esperanza lleva muchas veces al éxito. No, no estamos ante esta situación, sino frente a otra muy diferente en la que la gente no tiene esperanza, puesto que ya no hay trabajo en el que ganar, ni partida que perder.
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