Los convenios registrados hasta julio, según difundió este jueves el Ministerio de Empleo, dan fe de que 671.739 trabajadores, un 28% de los 2,4 millones de asalariados incluidos, han aceptado una congelación del sueldo este año. La estadística refleja que hay incluso 6.320 trabajadores que verán reducido el salario (en un 2,9% de media). En el conjunto de los 904 convenios depositados, el alza salarial apenas llega al 0,65%, es decir, casi un tercio de lo que reflejaban los pactos colectivos en julio del año pasado (1,6%).
La congelación salarial es una práctica tan creciente, más allá de lo asumido por el sector público hasta ahora, puesto que el Ministerio de Empleo solo informaba de subidas salariales por debajo del 1% hasta mayo, mes en el que decidió incorporar dos nuevas categorías: “igual al 0%” e “inferior al 0%”. Y lo que en convenio es ya una moderación salarial casi absoluta, se traducirá a final de año en descensos de sueldos generalizados y una contracción del consumo.
En la nota informativa que acompaña a los datos, Empleo advierte de que “la variación salarial media pactada para 2013, del 0,65% hasta julio, es una cifra muy provisional al haber sido calculada en función de muy pocos convenios”. Y enfatiza que los datos hacen referencia a lo pactado, no a lo que finalmente ocurre.
“La estadística no recoge información de las modificaciones realizadas al margen de los convenios ni, por el momento, de las modificaciones salariales acordadas en el marco de inaplicaciones de convenios”, añaden en referencia a los 1.574 descuelgues —la vía abierta por la reforma laboral para que las empresas planteen cambios unilaterales de los convenios— en lo que va de 2013.
En los últimos años, la variación salarial teórica recogida en convenio ha sido siempre mayor a la que luego tuvo lugar en la práctica. La tendencia llego a extremos en 2012, el primer año de aplicación de la reforma laboral del Gobierno del PP, que confirió mayor poder de negociación a las empresas en plena recesión.
El año pasado, la variación salarial pactada fue del 1,2% (1,4% tras aplicarse cláusulas de garantía por desvíos respecto a la inflación). Pero según la encuesta de coste laboral que elabora el INE, el sueldo bruto pagado por trabajador en 2012 bajó un 0,6% con respecto al año anterior.
En el mismo periodo, las grandes empresas, que emplean a 4,4 millones de personas, redujeron sus plantillas otro 2,5% y en el conjunto de la economía se han perdido unos 600.000 puestos de trabajo respecto a julio de 2012.
Y es aquí donde la ecuación del FMI chirría, pese al controvertido respaldo del comisario europeo de Economía, Olli Rehn, quien llegó a echar sobre “los hombros” de quienes “rechacen de forma instantánea” la iniciativa, “la enorme responsabilidad del coste social y humano” del paro.
Hasta ahora, en la economía española, los descensos salariales no se han traducido en la generación de nuevos puestos de trabajo, sino en todo lo contrario, más despidos, más precariedad, menos consumo, más despidos en una espiral que sigue llevando a pique a empresarios y trabajadores.