Desde Rusia, su madre Zubeidat Tsarnaeva mantiene de forma cada vez más vehemente la inocencia de sus dos hijos, el fallecido Tamerlan y el acusado Dzhokhar Tsarnaev, 19 años, de tal forma que ha llegado a asegurar que ambos son víctimas de una trampa. Lo mismo piensa su padre, Anzor, desde Makhachkala, la capital de la región rusa de Daguestán, donde vive hoy separado de su esposa.
Los dos han anunciado que no viajarán a EEUU; la madre porque sería detenida nada más pisar territorio estadounidense, ya que se la busca por robo y destrucción de propiedad privada y el padre porque ha cambiado de opinión recientemente, tras asegurar que deseaba estar en el entierro de su hijo y visitar al menor de su descendencia en su celda del penal federal de Fort Devens (Massachussetts).
En aquella conversación, madre e hijo hablaron sobre la posibilidad de que Tamerlan pudiera viajar a los territorios palestinos, pero este último descartó esa idea pues no hablaba árabe. La inteligencia rusa, que no reveló toda esta información al FBI, también encontró mensajes de texto en los que la madre aseguraba que Tamerlan estaba dispuesto a morir por el Islam y existe todavía una conversación más: la que el mayor de los Tsarnaev mantuvo con un hombre en algún lugar del Cáucaso, que ahora investiga el FBI.
“Es todo una hipocresía”, señaló la madre a la agencia Associated Press en Daguestán, agencia que fue la primera en informar sobre las llamadas de teléfono. “Estoy cansada de tonterías que se inventan sobre mí y mis hijos. La gente me conoce como una persona normal, nunca estuve mezclada en intento criminal alguno, especialmente ninguno relacionado con terrorismo”.
En una conferencia de prensa ofrecida la semana pasada en Daguestán con su exmarido Anzor Tsarnaev, Tsarnaeva apareció abrumada por el dolor en un determinado momento, pero luego pasó a una actitud desafiante en otro. “Ya hablan de que somos terroristas, no soy una terrorista”, repitió. “Ya quieren que yo, él, y todos nosotros parezcamos terroristas”.
Este lunes, Obama mantuvo una conversación telefónica con el presidente ruso, Vladimir Putin, para trasladarle "su apoyo por la estrecha colaboración que EE UU ha recibido de parte de Rusia desde el ataque de Boston", según un comunicado de la Casa Blanca.
Las autoridades rusas que ahora sí han entregado las grabaciones a la Administración norteamericana pero que de haberlo hecho antes del ataque de Boston, podrían probar lo que algunos legisladores del Congreso viene diciendo hace algunos días, que el FBI fracasó en su trabajo al no haber iniciado una investigación más minuciosa sobre la familia Tsarnaev y no saber ver la amenaza.
Pero, naturalmente no es lo mismo una vaga alerta que es lo que en su momento ofreció Moscú a Washington –su preocupación de que Tamerlan y su madre fueran extremistas religiosos- que una alerta con detalles por lo que con lo primero solo propiciaron una investigación limitada que concluyó con el cierre del caso en junio del 2011.
Ruslan Tsarni, un tío de los hermanos Tsarnaev y ex cuñado de Zubeidat, dijo el sábado pasado que considera que la madre tuvo una “gran influencia” cuando su hijo mayor intensificaba su fe musulmana y decidía dejar el boxeo y los estudios.
La familia ha comentado que Tamerlan fue apático a su religión hasta el año 2008 o 2009, cuando conoció a un musulmán conservador conocido por ellos como Misha. Los familiares señalan que este hombre influyó para que Tamerlan asumiera una posición islámica más estricta. “Esa persona le lavó el cerebro”, ha dicho Tsarni.
El FBI dijo que habría localizado a esa persona y que le habría interrogado, aunque su identidad permanecía desconocida. La edición digital de la revista The New York Review of Books publica cómo lograron llegar hasta el misterioso Micha, al que ha entrevistado. Misha es Mijail Allakhverdov, 39 años, vive con sus padres en un modesto apartamento de Rhode Island y segura que nunca fue profesor de Tamerlan Tsarnaev. “Si lo hubiera sido me hubiera asegurado que nunca hubiera hecho algo así”.
Allakhverdov es de ascendencia armenia y ucraniana y hace años se convirtió al Islam. Conoció a Tsarnaev cuando vivía en Boston –abandonó esa ciudad hace tres años- y luego no tuvo más contacto con él, dice el hombre en su entrevista con NYRB.
Tras asegurar que nunca conoció a ningún miembro de la familia Tsarnaev que ahora le hacen responsable de la desgracia vivida por el joven Tamerlan, Allakhverdov reconoce que ha sido cuestionado por el FBI y que no tiene nada que esconder. “He dado al FBI mi ordenador, mi teléfono, todo… para que sepan que no he hecho nada”, explica el hombre. “Me han dicho que me lo van a devolver pronto y que cerrarán mi caso en breve”.