Al Barça, que ya ha pedido cambiar la Copa del Rey para que sea de partido único, ayer no le salieron las cuentas. Munir, Sandro y Adriano, ubicado como falso extremo, dimitieron en un equipo sin fútbol ni sorpresa que fue muy bien controlado por el Villanovense.
Nadie discutió el mérito extremeño a pesar del mal encuentro del Barça ya que el toque de los azulgrana muy apocados, siempre alejados de la portería, permitió una buena defensa del Villanovense que no tuvo apenas problemas para frenar al equipo de Luis Enrique.
El partido no tuvo más entretenimiento que las faltas botadas por Douglas y Adriano, amanerados e intrascendentes ambos, más vistosos con las manos que con los pies; las aperturas intencionadas de Samper, y los pases firmes y agresivos de Kaptoum. Muy poca cosa para desorganizar al equipo de Julio Cobos que consiguió mantener el marcador a 0.
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