Nacer en 1948 te da una panorámica extensa de la historia de este país y lamentablemente una posición crítica, incluso decepcionante de la situación actual, tanto social como política.
Hace unos días Noam Chomsky, uno de los pocos pensadores que nos queda, señalaba en una interesante entrevista que el mundo camina hacia un momento en el que nos podemos ir despidiendo ya unos de otros.
Supongo que para escribir una reflexión como esta y para evitar malentendidos, es imprescindible iniciarla señalando la posición contraria a la locura iniciada por Putin al invadir Ucrania.
Todos los indicadores y expertos, unos más agoreros que otros, nos anuncian que lo peor de la crisis está por venir y que coincidirá con el otoño venidero.
El título de esta reflexión puede ir dirigido al tiempo climatológico que está por venir, como a la sombría situación económica que asoma por el horizonte, e incluso a la situación política en nuestro país y fuera de él.
Este pasado domingo se han producido varios acontecimientos en forma de elecciones, que afectan a las izquierdas de Andalucía, Francia y Colombia, con diferentes consecuencias, una desoladora y otras dos esperanzadoras.