Ha empezado la campaña electoral en Andalucía, un momento para que partidos y políticos se desmelenen y se retraten.
Seguimos con la «política líquida» que nos invade; tenemos por delante una campaña electoral auto-nómica y acontecimientos políticos que se suceden diariamente, esto es un no parar.
Se están calentado motores, los partidos engrasan su maquinaria y movilizan sus efectivos en Andalucía. En el ambiente se huele a campaña electoral.
Seguimos viviendo en la propaganda y la mendacidad, cuando el momento requiere unos dirigentes sólidos y honestos.
Parece que nunca se acaban los mensajes triunfalistas y una realidad que los acaba desmintiendo.
El congreso nacional del PP, según lo previsto, ha entronizado a Alberto Núñez Feijóo como presidente.
Hoy más que un diálogo es un alegato, un clamor de impotencia y repugnancia.