Según fuentes oficiales, el agresor, descrito como un hombre de 30 años, ha intentado acuchillar en el cuello al militar, y tras producirle una herida cerca de la carótida se ha dado a la fuga. El militar, de 25 años, que “sangró de forma abundante”, ha sido atendido por los servicios de emergencia y trasladado al hospital militar de Percy, pero afortunadamente su vida no corre peligro.
La agresión se produjo a las 17:54 de ayer en la entrada de la estación de transporte regional (RER) de La Défense, a escasos metros del popular centro comercial de Quatre-Temps, en el centro de París. El soldado, que pertenece al 4º Regimiento de zapadores de Gap, iba uniformado y patrullaba junto con dos compañeros en una misión del programa antiterrorista Vigipirate, que Francia mantiene activo desde enero cuando empezó la intervención armada en Malí.
Un portavoz policial ha explicado que el agresor "se acercó corriendo y por la espalda al militar, hiriéndole a nivel de la nuca con un cuchillo o un cúter". Tras la agresión, el asaltante salió corriendo en dirección al centro comercial. Horas después, el hombre sigue libre, aunque las autoridades confían en poder identificarle con rapidez gracias a las grabaciones de las cámaras instaladas en el lugar de los hechos.
El diario Le Parisien, que ha sido el primero en dar la noticia, afirma que la policía ha descrito al agresor como “un hombre de aspecto norteafricano, de unos 30 años, barbudo, vestido con un blusón negro y una chilaba de color claro”. Pero, a partir de ese momento, las autoridades han sido más cautas y no han querido confirmar ningún detalle sobre el aspecto o la identidad del asaltante y según Le Monde, el sospechoso vestía un jersey beige y llevaba la cabeza cubierta con un gorro blanco.
La agresión, en pleno día y en un lugar abarrotado de gente, ha hecho pensar en una réplica fallida del atentado ocurrido el miércoles pasado en el sur de Londres, cuando dos islamistas asesinaron en la calle a un militar británico.
El presidente de la república, François Hollande, no quiso confirmar que pudiera tratarse de un atentado. Desde Addis Abeba, donde se encuentra en visita oficial, Hollande ha señalado: “Todavía no conocemos las condiciones ni las circunstancias ni siquiera la identidad del agresor. Tenemos que manejar todas las hipótesis, y no creo que en este momento se pueda establecer ningún vínculo [con el atentado de Londres]”. Pese a esta responsable actitud, pues podrían dar lugar a ataques antislamistas también en su país, el presidente añadió: “Pedimos a todos nuestros soldados, incluidos los de Vigipirate, que eleven todavía más su atención y su vigilancia”.
Por su parte, el ministro del Interior, Manuel Valls, ha afirmado que “la agresión fue muy violenta, lo que puede hacer pensar en un atentado parecido al de Londres”, pero ha pedido más tiempo y calma para poder confirmar la tesis del atentado. “Estaremos vigilantes, porque desde hace meses el terrorismo está tomando formas nuevas que debemos ser capaces de afrontar”.
Hace tan sólo un año, Francia asistió conmocionada a los siete asesinatos de Mohamed Merah, un joven islamista nacido en Toulouse que se radicalizó en viajes a Afganistán y Pakistán que acabó con la vida de tres militares franceses y cuatro miembros de la comunidad judía, tres de los cuales sólo eran niños.
Y en los últimos meses, con la intervención militar en Malí, se ha elevado el nivel de alerta de las fuerzas de seguridad francesas. Así que puede ser coincidencia que este ataque que se parece tanto al de Woolwich se produzca escasos días después cuando en muchos países aún no nos hemos recuperado de la impresión y del escándalo surgido a raíz del ataque, pues está claro que ataques así no pueden ser evitados, por muchos servicios secretos que tengamos.
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