Más de 600 millones de personas han sufrido desde ayer y, especialmente durante esta mañana, el corte de luz más grave de la década.
El apagón ha afectado a varias regiones, algunas de las cuales no han podido restablecer aún los servicios básicos. Las principales ciudades que se han visto perjudicadas han sido Calcuta, Varanasi, Patna (más de 15 horas sin electricidad) y Nueva Delhi (hasta 10 horas). El colapso sobretodo ha tenido importantes consecuencias en servicios como el transporte y la sanidad: más de 300 trenes retrasaron su salida, el metro de la capital quedó paralizado junto con las señales de tránsito y los semáforos y los centros hospitalarios redujeron su asistencia solo a los casos necesarios.
La causa del corte de electricidad fue la sobrecarga de las redes de suministro que gestiona la compañía Power Grid Corporation of India, que afirmó en un comunicado que su equipo está trabajando para reparar las instalaciones.
Ante el caos que ha sorprendido a millones de indios, el Gobierno ha decidido tomar medidas y ha ordenado una investigación sobre las causas del apagón. Además, ha mostrado su preocupación por los afectados y ha explicado las dificultades para reparar las redes. “Los cortes empezaron hacia las dos de la madrugada y no hemos podido restablecer el servicio parcialmente hasta las ocho de esta mañana”, ha admitido el ministro de Electricidad indio, Sushil Kumar Shinde.
Esta situación refleja el problema del país asiático para gestionar la energía eléctrica. Además, este quebradero de cabeza se ha agravado por culpa de la falta de la energía proveniente de la hidroeléctrica por la disminución de precipitaciones durante los meses de lluvias (ha llovido un 70% menos que el año anterior).
A partir de ahora, la India se enfrenta al reto de luchar contra el déficit energético superior al 10% y al pésimo estado de las infraestructuras para conseguir el tan ansiado desarrollo económico, tecnológico y social que ha reivindicado en los últimos años.
Si (
No(
