El gran premio de Hungría ha sido tan increíble como se esperaba antes de comenzar o incluso mejor. Abandonos, incendios y decenas de adelantamientos han sido los elementos fundamentales de una carrera donde las estrategias no han copado todo el protagonismo.
La lluvia ha tenido un papel fundamental en lo ocurrido durante el día de hoy. En pequeños intervalos y cada cierto tiempo unas gotitas de agua se dejaban ver y trastocaban todas las estrategias que se habían realizado.
Desde la salida los dos hombres de McLaren luchaban por una misma posición, poniendo en peligro la carrera para la escudería inglesa, que ha dejado a Hamilton liderando al pelotón. En la vuelta ocho Felipe Massa se ha salido y destrozado parte del alerón trasero, lo que no ha provocado su fin en la prueba. Los problemas técnicos han hecho que Jarno Trulli abandone por culpa de un fallo en el motor y otro trompo ha acabado con las opciones del káiser.
Pero lo más impactante ha sido ver al Renault de Nick Heidfeld envuelto en llamas justo a la salida del pit lane, obligando al piloto alemán a saltar del cockpit para evitar el fuego y a los comisarios del circuito ir corriendo a apagar el coche. Un momento digno del recuerdo y de un safety car para evitar incidentes.
Digno de mención es el carrerón de Jenson Button. El inglés ha batido todas las expectativas y ha ganado un gran premio en el que sus estrategias con el cambio de neumáticos han sido muy importantes. El piloto de McLaren, conocido por sus grandes remontadas, ha sido acompañado en el pódium por otros dos hombres que también han trabajado duro hoy para conseguir pisar dos de sus escalones. Vettel, que continúa como líder del mundial de pilotos, ha finalizado segundo y Fernando Alonso tercero, quien en el día de su 30 cumpleaños puede presumir de celebrarlo subiendo a uno de los tan deseados peldaños.