Según explicó en rueda de prensa Draghi, en primer lugar se amplía el plazo de las compras hasta marzo de 2017, cuando inicialmente estaba previsto que finalizasen en septiembre del año 2016.
Otra de las novedades es que el BCE permitirá que el programa de compra de activos incluya deuda emitida por gobiernos regionales y locales de la zona euro, una medida que en gran parte ya estaban descontando los mercados financieros.
"Las decisiones de hoy pretenden asegurar un retorno de las tasas de inflación a niveles que están por debajo pero cerca del 2% y por lo tanto anclar las expectativas de inflación en el medio plazo”, puntualizó Draghi, tras señalar que el objetivo es “vigilar de cerca la estabilidad de precios”.
En este sentido, insistió en que el BCE utilizará “todos los instrumentos posibles” para mantener ancladas las expectativas de inflación y un grado “adecuado” de política acomodaticia.