Desde hace un año, la Comisión tiene nuevos poderes para rechazar los presupuestos de los países de la eurozona si ve un riesgo grave de incumplimiento de los objetivos de déficit pactados con la UE. Todos los Estados miembros están obligados a enviar a Bruselas sus planes presupuestarios antes del 15 de octubre y, si quiere tumbar alguno de ellos, el Ejecutivo comunitario está obligado a actuar en un plazo máximo de dos semanas pero "tras tener en cuenta toda la información adicional y las mejoras que se nos han comunicado en los últimos días, no puedo identificar en este momento casos de incumplimiento particularmente grave que nos obliguen a considerar un dictamen negativo (sobre los presupuestos) en esta fase del proceso", ha anunciado el vicepresidente de Asuntos Económicos, Jyrki Katainen, en un comunicado.
Katainen ha explicado que durante los últimos quince días ha mantenido "consultas" con varios Estados miembros para pedirles información adicional o hacerles llegar "algunas preocupaciones iniciales" sobre sus planes presupuestarios. "Celebro que estos Estados miembros hayan respondido de forma constructiva a nuestras preocupaciones", ha dicho el vicepresidente sin citar expresamente a ningún país.
Y es que además de a Francia e Italia, Bruselas había enviado avisos a Eslovenia, Austria y Malta.