De hecho en las filas socialistas hay quien considera, incluso, que lo peor está por llegar y que en las municipales de 2015 la formación podría encajar aún un peor resultado que el de las europeas.
Una de las principales razones es, según ellos, que sus rivales podrán seguir sacando partido a la idea de que PSOE y PP son iguales, y lanzando sospechas acerca de una supuesta gran coalición.
El pasado día 2, en plena crisis interna provocada por la resaca electoral, llegaba un anuncio histórico que iba a perjudicar aún más la cohesión interna del partido: el rey, tras 39 años, hacía pública su decisión de abdicar la corona en su hijo Felipe de Borbón.
Su decisión llegaba unos pocos meses después de que en la Conferencia Política del PSOE de noviembre se reflejara el importante sentimiento republicano existente entre las bases del partido, que hizo que incluso uno de los organizadores del cónclave, Ramón Jáuregui, temiera por la ruptura del consenso sobre la monarquía.
La división sobre este tema se reflejó en el propio plenario de la conferencia. Cuando se dio lectura a las resoluciones sobre el tema —se limitaban a constatar la "tradición republicana" pero apoyaban la monarquía— se escuchó una sonora pitada de gran parte de los delegados.
Esos pitos han vuelto a escucharse en la última semana, si bien transformados en críticas a la postura mantenida por el equipo de Rubalcaba ante la abdicación del rey. Dirigentes del PSOE de Galicia, Navarra, Baleares o Barcelona, las Juventudes, así como la corriente Izquierda Socialista, se han sumado a numerosos militantes de base que reclaman un referéndum sobre el modelo de Estado.
Los sectores que sí están con la dirección y a favor de la monarquía, temen en todo caso que la imagen de sintonía con el PP en el respaldo a la ley de sucesión les vuelva a situar en el foco de los que les acusan a los dos grandes partidos de ser lo mismo.
Sobre todo cuando los socialistas también están preocupados por lo que vaya a ocurrir en las instituciones europeas salidas de las últimas elecciones. Uno de los ejes de campaña de la cabeza de lista, Elena Valenciano, había sido precisamente el tratar de diferenciar a los socialistas de los conservadores, e insistir en que jamás sería posible la conformación de una gran coalición, ni siquiera en el Parlamento Europeo pero todo apunta a que esa alianza entre los dos grandes grupos de la eurocámara será más que probable.