La propuesta, promovida por Francia y respaldada por decenas de países, recibió 13 votos a favor y dos en contra, los de Moscú y Pekín, que tienen derecho de veto en el Consejo de Seguridad.
La votación tuvo lugar después de que el embajador francés, Gérard Araud, instara a los miembros del Consejo de Seguridad a decir que este organismo "no olvidará los crímenes que se han cometido en Siria ni a los jefes que los han ordenado".
Araud añadió que "hoy se mata, se tortura, se viola en Siria", y además "en el marco de una política deliberada de aterrorizar y de castigar".
La intervención del embajador francés no hizo mella en Rusia, cuyo embajador, Vitaly Churkin, ya avanzó ayer que su Gobierno vetaría la propuesta, y también se unió China, que tradicionalmente ha mantenido en el Consejo de Seguridad una política sobre Siria más callada que la de Moscú pero similar en la práctica.
Tras la votación, la embajadora estadounidense, Samantha Power, advirtió a Moscú y Pekín que "estos vetos ayudan a la impunidad, no solo a la de Asad, sino también de los grupos terroristas" que operan en Siria y que han sido repetidamente denunciados por el régimen de Damasco y por Rusia.