La última reforma de las pensiones del Ministerio de Fátima Báñez desvinculó la actualización de las pensiones al IPC, y estableció una horquilla para la subida de estas prestaciones (del 0,25% al IPC más medio punto) en función de la marcha de las finanzas de la Seguridad Social.
El Programa de Estabilidad contempla que la Seguridad Social seguirá con déficit en los próximos años, y sus cuentas sólo llegarán al equilibrio en 2017. En ese escenario, el mecanismo previsto en la reforma de las pensiones establece que la revalorización será de sólo el 0,25%, previsiblemente por debajo del IPC durante estos años (la tasa de inflación está ahora en el 0,4%, por ejemplo), con la consiguiente merma en la capacidad de compra de los jubilados. Con la aplicación de este mecanismo en 2014 por primera vez la mayoría de las pensiones han subido este año apenas dos euros al mes.
El Programa de Estabilidad enviado a Bruselas señala que, en este escenario, el Gobierno prevé un ahorro en pensiones de 574 millones en 2014, que irá subiendo progresivamente hasta suponer 1.000 millones en 2017, es decir, en cuatro años sumará más de tres mil millones.