Los primeros 45 minutos en el Bernabéu se pueden definir con dos palabras: control y definición. El control lo puso el Rayo Vallecano, que se adueñó del balón y con un Trashorras en la función de 'quarterback' lo movió de un lado a otro. La definición la puso el Madrid, que pareció sentirse cómodo con las líneas juntas y buscando la espalda de la defensa rayista.
Jémez y los suyos tienen un plan y lo ejecutan sea cual sea el escenario y el rival. Ante los madridistas tocaron y tocaron, adelantaron la defensa y dominaron el esférico, el problema -acentuado si tu rival tiene la pegada del Madrid- es que durante toda la primera parte no generaron ocasiones de gol y no apretaron en el centro del campo a la hora de defender.
Esto propició que los de Ancelotti llegaran al menos media docena de veces con demasiada facilidad a la portería de Rubén. Los 'blancos', lanzados por un gran Di María, aprovecharon los espacios y Benzema, Bale y Cristiano Ronaldo tuvieron varias ocasiones, las suficientes como para abrir el marcador.
En una de las llegadas al área vallecana, el portugués y el galés se encontraron y el balón lo acabó alojando en la red un Ronaldo que con este tanto sumó seis jornadas consecutivas de liga anotanto. El de Madeira no parece saciar nunca su hambre.
Tras el gol Paco Jémez realizó uno de los cambios a los que acostumbra cuando los partidos no acaban de convencerle, metió al campo a José Carlos. El extremo dejó varios detalles de calidad y fue un quebradero de cabeza para Coentrao, que fue titular en el lugar de Marcelo con la vista puesta en el partido del próximo miércoles ante el Borussia Dortmund en Liga de Campeones.
Los últimos 15 minutos de la primera parte sirvieron para ver como el Bernabéu pitaba a Diego López en varias acciones y se llevaba un susto cuando Cristiano quedaba tendido en el suelo con las manos en su rodilla.
El paso por vestuarios supuso un cambio de tónica en el encuentro. En la segunda mitad el control rayista cedió ante la propuesta de 'ida y vuelta' madridista y los de Ancelotti repitieron plan, salieron a toda velocidad en busca de la portería de su rival, y la encontraron al poco de la reanudación gracias a una gran incorporación de Carvajal por la derecha que, tras una buena dejada de Ronaldo dentro del área, culminó con la izquierda.
Desde entonces el partido acabó de romperse y fue un constante correcalles en el que los rayistas decidieron entrar a sabiendas de que jugando en casa del Madrid no es aconsejable entrar en ese juego.
Fue entonces el momento de expurgar las culpas para varios jugadores madridistas como Bale.