Estudios epidemiológicos previos han demostrado una correlación consistente entre el consumo de café y una menor incidencia de diabetes tipo 2, corroborada por un meta-análisis, realizado con 31 estudios, que confirman el carácter estadísticamente significativo de esta asociación.
Con el café descafeinado se observó un efecto beneficioso sobre la diabetes, que puso de manifiesto que los componentes en el café, al margen de la cafeína, pueden desempeñar un papel protector.
Además, el ácido clorogénico, que es uno de los compuestos naturales que se encuentran en el café, ha sido considerado responsable de algunos de los efectos metabólicos de esta bebida.