Sobre todo en las edades extremas de la vida de los niños menores de cinco años y adultos de 50 o más años de edad. ¿La mejor forma de evitar esta enfermedad? Vacunándose.
En el caso de la infancia, la enfermedad neumocócica es especialmente frecuente, no solo en sus formas leves, como otitis, faringitis y sinusitis, sino también en las formas de enfermedad invasora grave como neumonía, meningitis, sepsis o mastoiditis, entre otras, que traen asociadas una importante morbilidad y mortalidad.
Todo esto es, en gran parte, evitable si vacunamos correctamente a nuestra población infantil, tal y como han podido demostrar multitud de estudios y trabajos no solo en nuestro país, sino también en el resto del mundo.