El CAI le complicó la vida al Madrid en el primer cuarto. El de Abós era un equipo incómodo, que hacía bien las cosas con Shermadini picando piedra en la zona blanca y con su defensa bien plantada y también atenta para reducir la velocidad con la que se maneja el equipo de Laso. Prohibido el contraataque y con la lección bien aprendida de todo lo malo que padeció el Gran Canaria.
Sólo Rudy Fernández, muy inspirado, acertaba en el camino hacia el aro. Sanekidze, en el otro lado del campo, se encontraba cómodo con la defensa de Mirotic y el Madrid sólo pudo elevarse en el marcador desde la línea de tiros libres y con una canasta postrera de Rudy. El 22-15, pese a las dificultades blancas, no era un buen presagio para el CAI.
Había salido Felipe Reyes. Sanekidze no volvería a anotar hasta que se sentó el pívot cordobés. Asomó Sergio Rodríguez y todo acabó. El equipo de Abos perdía posesiones, algunas las regalaba, y el Madrid se disparó hasta el 50-26. El maquillaje final dejaba el taneto al descanso con 54-37. El equipo de Laso había metido 32 tantos en 10 minutos. 'El Chacho' firmaba 10 puntos y 6 asistencias, es decir, 22 tantos habían pasado por sus manos. La era de la barba. Daría 11 asistencias, récord blanco en una Copa.
En la reanudación, Llull anotó un 'churro' de triple para cerrar una posesión que se agotaba. El equipo que le sale todo amplió su mural de canastas imposibles. La dulzura de la segunda parte llevó a Laso a dar descanso a algunos de sus jugadores. El único interés fue ver la diferencia con la que el Madrid se manejaba. Llegó a los 70 puntos en el minuto 28 de partido. Terminó ganando por 32, cifra inédita en semifinales, nuevo récord para su zurrón. Shermadini seguía produciendo para el CAI, pero sólo para evitar que su equipo acabara menos desfigurado.