Paula vuelve a París tras un largo periodo fuera, con su gato bajo el brazo, nada de dinero en el bolsillo, y nadie a quien poder llamar. Pero ella está decidida a tomar las riendas de su vida. A lo grande.
Se dice del cine que es una fábrica de sueños... Por el lado de los sueños encontramos a un cineasta, Gaspard Bazin, que prepara su próxima película y organiza castings para elegir a los figurantes. Por el lado de la fábrica hallamos a Jean Almereyda, un productor venido a menos y al que le cuesta cada vez más conseguir financiación para arrancar sus negocios.