En Mallorca, un grupo de frikis de las películas de zombis deciden rodar una película de dicho género. El único problema es que no tienen ni idea de cómo hacerlo.
Una excéntrica y madura actriz, dueña de una compañía de teatro, que cada año es subvencionada, instala a todos los actores en un pequeño hotel junto a la playa para tenerlos concentrados. Y ensaya en el aula del instituto de la zona.