El siempre impredecible tiempo nos ha dado un respiro y si los Medievales hubo cierta preocupación porque las lluvias aguaran el festival, este fin de semana el tiempo nos ha dado una tregua.
Ello ha permitido que el público abulense pudiera reir hasta llorar o sufrir ante las magníficas actuaciones de las que hemos sido gala y que han sido respondidas por parte de la población con plazas y lugares abarrotados.